FELIZ NAVIDAD

"BRASITA DE PLATA EL VIEJO LUCERO
LAVA SUS OJITOS ALLI EN EL ESTERO,
DESPUES AL RANCHITO ALUMBRANDO IRA
PA' ENTIBIAR LA CUNA DE LA NAVIDAD"
"Lo importante no es cuanto hacemos, sino cuanto amor, cuanta honestidad y cuanta fe ponemos en lo que hacemos".

Por un 2010 venturoso...

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EL TRIATLON DE LA PAZ

En unos pocos días, cuando llegue enero, esteremos viviendo en el año del Bicentenario de la Patria, una edición mas de esta gran fiesta deportiva que tiene mi ciudad: El Triatlón Internacional Ciudad de La Paz.
Hoy quiero unir a través de un video la cultura y el deporte.
La letra de esta canción pertenece a Edith Alvarez de Chiarelli, le puse un aire de chamamé canción, y con fotos de dos amigos de Buenos Aires y de fotógrafos de La Paz, le rendimos un homenaje a esta hermosa fiesta.

INFANCIA

De mi Libro: "Trazos del luz" rescato esta página dedicada a los recuerdos de una infancia feliz. La canción está dedicada a una vieja casona que estaba ubicada en la intersección de las calles Echague y Alem, vieja panadería de la familia Dono, que fue testigo de nuestras travesuras y sueños, y que el progreso se la llevó.


INFANCIA


A veces, sobre todo cuando me invade la nostalgia regreso por un camino de recuerdos a los días lejanos de la infancia. Y vuelvo a encontrar las humildes callecitas de tierra de mi pueblo chico, pueblo de gente sencilla y costumbres sanas.

El mundo se detenía donde terminaba el pueblo y, cuando más, llegaba hasta donde alcanzaban nuestros ávidos ojitos.

Y al revivir aquellos dulces momentos vuelvo a encontrar silencios que creí perdidos. El de los montecitos a la siesta con un miedo de solapas en el alma. El del río a la tardecita quebrado a veces por nuestras piedras jugando al “sapito”. Mágicas horas de la infancia que tenían un sabor de travesuras compartidas, de lejanías soñadas, de eternidad…

Los montecitos daban su aroma de tréboles, de hinojos, que parecía flotar en la brisa que venía de la ribera y también nos daban la dulzura de pisingallos y taces. Si hasta la tristeza del silente cementerio parecía desaparecer cuando cabalgábamos sus intrincados senderos.

Nuestro cotidiano andar terminaba en los galpones abandonados de La Curtiembre. Allí estábamos hasta ese instante impreciso entre el día que se va y la noche que llega, momento al cual nosotros prolongábamos imaginariamente tratando de extender las horas de improvisados juegos.

Momentos plenos de misterios y de magia. Instantes imborrables que alentaron muchas veces el duro trajinar de mi vida y que aun hoy, cuando el río de la vida ha corrido lejos, emocionan. Será quizás porque todo ese ingenuo escenario en que se movió nuestra niñez ha sido y será solamente nuestro; como eran nuestras las piedras, la mata de pasto, el trino de las aves, el cielo costero, las mágicas siestas…



EL ULTIMO SOL

Para el CD "El entrerriano de los pájaros", compuse un chamamé canción titulado "El último sol"; en él trato de describir un bello atardecer en mi pago costero. Hoy lo comparto adornado de hermosas fotos de atardeceres de mi costa y de mi río.

DOS AÑOS DE GESTION

PRONTO A CUMPLIR DOS AÑOS AL FRENTE DE LA DIRECCION DE CULTURA DE LA PAZ, ENTRE RIOS, QUIERO COMPARTIR LO QUE HEMOS REALIZADO.

AGRADEZCO A TODOS AQUELLOS QUE PUSIERON SU AMOR AL TERRUÑO Y SU TALENTO EN POS DE REAFIRMAR LOS VALORES CULTURALES DE NUESTRO PAGO DE PALOMAS.

(Hacer clic en Full para verlo en Pantalla completa y en Menú elegir Autoplay)


De mi Libro: "Trazos de luz"

LA CRECIENTE
El río avanza de prisa. En el silencio costero se oye su murmullo. Pareciera que habla consigo mismo, ¿o será que habla con Dios? Es tiempo de creciente y por lo tanto de sufrimiento y desvelos para el humilde habitante de las riberas.

Me detengo, me distraigo un momento a mirarlo y debo reconocer que es hermoso. Lo remansos aparecen y desaparecen, atrapan todo lo que encuentran y, dicen los que saben, que lo guardan en los socavones de los “negritos del agua”.

Recuerdo cuando su piel estaba quieta, mansa, como endurecida, incapaz de hacer daño, sin embargo ahora se alza en corcovos, azota las riberas y arrastra sin piedad las esperanzas isleras.

Aquel borde adonde acudían las bestias a beber y alguna cardenalina mojaba su rojo copete, hoy no está. Las aguas golpean la barranca como queriendo voltearla. Un tropel de verdes camalotes corcovea y corcovea buscando un mar imaginario. Y entre todo ese paisaje desolador, el hombre, sintiendo una vez más el rigor de ese río que hasta ayer no más era su amigo.

Río que crece. Río que corre. Aguas bravas destruyendo seres y cosas… y sueños. Las mismas aguas que brindaban un amparo casi maternal.

El río ruge. Las aguas bajan turbias. La creciente avanza. Miro aquel remanso que duerme soñando y veo que el agua lo despierta, lo agita, lo incorpora a la corriente arrebatada y lo lleva hacia algún socavón perdido en las oscuras entrañas de su cauce.

Se retuerce en su lecho y se levanta.
El paisaje lo mira ensimismado.
Un silencio de siglos, heredado,
se rompe con su voz que se agiganta.

Su eterno carcelero no lo aguanta.
Llora el cauce, ha sido derrotado.
Nido y árbol su canto han callado
al sentir como ruge su garganta.

Otra vez viejo río, te abalanzas.
No le mates al hombre su esperanza.
Deja vida y no muerte en tu camino.

Cuando subes, adelantas su agonía.
Cuando bajas, resucitas su alegría.
Amarte hasta la muerte es su destino.

De mi Libro Interactivo "De Alas y Trinos"

EL URUTAU
Foto de: Ramón Moller Jensen
Extraño. Misterioso. Solitario.
De día duerme prendido en un tronco,
y a la noche cual triste campanario
del monte llega: “turay...” un canto hondo.

Lleva un castaño rojizo en sus plumas
con un listado de negros y grises,
con su lamento el paisaje se abruma
y el paisano que lo escucha se aflige.

Su historia cuenta que un joven cansado
de la maldad que su hermana escondía,
a la copa de un árbol la alzó un día;

al bajar, dejó el tronco desgajado,
se hizo ave la joven, buscó el cielo,
dejando en un “turay...” su desconsuelo.

El Urutaú es llamado también, pájaro estaca. Es un pajarito misterioso y solitario.

DESCRIPCIÓN: El urutaú común mide entre 33 y 38 cm.
Posee en cabeza chata, ojos grande de color amarillo.Boca grande y de gran apertura.Su cara es parda acanelada con listas transversales oscuras.Presenta dos hendiduras en el parpado superior por donde observa
los alrededores con los ojos cerrados.
HABITAT: Habita bordes de bosques, áreas abiertas con palmeras y árboles.
COMPORTAMIENTO: Es un ave que se posa durante el día generalmente
en el extremo de un tronco en posición erecta, inmóvil y con la cabeza
para arriba, su larga cola le facilita el apoyo.
ALIMENTACIÓN: Su alimentación esta basada en insectos
que caza durante la noche.
NIDO: Anida en cavidades de árboles, allí coloca un único huevo blanco
con algunas manchas pardas y rojas.
La incubación lleva cerca de 33 días hasta que nace una cría blanca
con finas rayas verticales negras, es alimentado por ambos padres
por unos 50 días en el nido. Es uno de los períodos de desarrollo mas prolongados que se conocen en América.
(Hacer doble clic en la tecla play para escuchar la canción)

De mi Libro: "CIELO DE INFANCIA"

LOS CARNAVALES
Infancia... Edad dorada...
Mi escuela... El baldío... Mis amigos.
Mi vieja casa de calle Echagüe... Mi barrio.
Una verdadera fiesta en mi barrio
era cuando llegaba el carnaval.
A la siesta jugábamos con agua,
después, a preparar todo para los corsos.
Los últimos grandes corsos de:
“Alto Echagüe”.
A la tarde regábamos las calles,
(en ese tiempo eran casi todas de tierra
y cada vecino regaba su frente),
preparábamos las carrozas y las murgas;
y a la noche nuestra risa
se iba prendida en cada serpentina.

“Alto Echagüe está de fiesta
ha llegado el carnaval,
esta noche empieza el corso
todos van a trabajar.

Doña Ramona riega la calle,
don Juan pone el banderín
y allí en la esquina las serpentinas
al viento hacen reír”.
*.*
Tema musical: Tiempos de Carnaval
Letra y Música: Horacio "Chino" Martinez - Intérprete: "Tito" Zabala
(Hacer doble clic en la tecla play para escuchar la canción)

De mi libro: "CIELO DE INFANCIA"

LAS COMETAS
Recuerdo, cuando llegaba el “tiempo de las cometas”.
Todos los gurises del barrio íbamos al “Tiro Federal” o a la “Usina vieja”
con nuestros barriletes bajo el brazo.
Alguna cometas, llevaban los colores del cuadro favorito,
otras, la mayoría, las noticias de algún día.
A veces algún gurí traía alguna cometa rara:
una bomba, algún mediomundo; un día uno trajo un “cajón”.
Esta cometa tenía la forma de una caja y llevaba luz en su interior,
un foquito alimentado a pila la iluminaba.
La hacían remontar a la nochecita y con las primeras sombras
sólo se veía la lucecita allá en lo alto.
Era linda, pero a nosotros nos gustaban nuestros simples barriletes de diario,
si se cortaban no perdíamos mucho.
Varillas de caña bambú, tirantes parejos, un ovillo de piolín,
un poco de engrudo en un tarrito por si alguna cometa se despegaba,
y ya estaba listo... a volar, a llevarles a las nubes
nuestros simples y castos sueños de gurí.
Me olvidaba... ¡la cola!, mil colores jugando en un cielo azul y provinciano.
¡Cuántas veces me ligué un buen “chirlo” por romperle a mamá un vestido que aún servía!.
Algunas tardes se escuchaba un coro destinado a aquellas que no podían remontar,
el silencio se llenaba entonces de un solo grito: “empachada... empachada...,
andá que te la mida la vieja”.
A veces, el viento amigo se hacía rogar, entonces todas las voces se alzaban juntas
para elevar el ruego: “cachilito, cachilito, sople viento cachilito”.
Algunos días cuando éramos muchos, atábamos un palito en la cola,
colocábamos allí una hojita de afeitar y jugábamos a “la cortadita”.
A veces, volvía a casa contento, triunfante, otras (la mayoría de las veces)
con sólo un poco de piolín en el bolsillo.

“...Un sueño de papel remonta vuelo,
dialoga con los árboles y sube
se pierde el barrilete entre las nubes
y el alma del gurí conoce el cielo”.

Tema musical: "La cometa" (Chamarrita)

Letra: Horacio "Chino" Martinez - Música: Daniel Altamirano



MIS AMIGOS: "COCO VIVAS"


El amigo "Coco" Vivas nació islero. Creció en medio del cautivante paisaje de las islas. Allí aprendió a querer la naturaleza, a conocer y a respetar a los habitantes de estos parajes, sufridos isleros, hacheros, pescadores. La vida le regaló el don de ser poeta, y en su poesía, él rescata todas esas vivencias. Su libro "Canto islero", es precisamente un verdadero canto al hombre de las islas, al paisaje, a los personajes de su infancia.

A él le pertenece esta poesía. Con "Coco", tuve la suerte de compartir muchos temas musicales. Uno de ellos es este homenaje que le hicimos a "Don Rogelio Garay, un islero de ley"


PESCADOR DEL PARANA

Canoita pescadora
destino de camalote,
te acuna la correntada
en la costa del islote.

Y si la suerte te ayuda
después de larga jornada,
volverás aguas abajo
de surubíes cargada.

Pescador del Paraná
sos patrón de tu destino,
la luna entre los islotes
te va alumbrando el camino.

Tu ranchada entre los sauces
te guarda de la sudestada,
sin detenerse tus sueños
se van con la correntada.

Así de simple es tu vida.
Así de pobre nomás,
pero tiene la riqueza
de vivir en libertad.
(Hacer doble clic en la tecla play para escuchar la canción)

EL CABALLO Y EL RIO


Cacho" Gonzalez Vedoya, poeta, amigo de nuestro pago, compuso en el año 1992 este hermoso poema. Lo leo y me viene a la mente aquel "caballo pintado" de Linares; por eso lo compartimos aquí.
La canción que interpreta "Aires de mi Tierra", se llama "Caballito blanco". La letra de Viviana Hack y la música me pertenece.

No por el camino.
Por el aire viene.
Por el aire duro de media siesta.
Por el aire blando que baja del río.
Con las crines sueltas...
Los huesos como alas.

No por el camino.
Por el aire viene.
Y a la media siesta,
Los dos se adivinan...
Se huelen la sangre.

Y el agua los mira desde muy adentro,
Desde muy adentro les roba el aire,
El caballo queda parado en la costa...
Y el río galopa sobre su pelambre.
A la media siesta, el caballo sabe...

Que el río en el río
Se mete en su cauce.
(Hacer doble clic en la tecla play para escuchar la canción)

UN ENTRERRIANO EN BUENOS AIRES

UNA HISTORIA HECHA CANCION...
Muchas veces de una simple historia surge una canción. Este es el caso de este chamamé canción titulado “El entrerriano de los pájaros”.

El personaje de la canción es un amigo paceño, carpintero y poeta. Su nieto radicado en Bariloche me contó esta historia. Su abuelo por problemas económicos tuvo que emigrar a Buenos Aires (como tantos entrerrianos) en busca de trabajo.

Este amigo tenía en La Paz una carpintería donde entre sueños y poemas, construía sillas y mesas; como la cosa empezó a ir bien, se animó y fue a un Banco y pidió en crédito para ampliarla. Al poco tiempo el dólar se escapó, vino la inflación, y el Banco se le quedó con todo; con las máquinas nuevas, las viejas, el terrenito, la casita…

Emigra a Buenos Aires y consigue trabajo en una carpintería ubicada cerca de “La Boca”. Allí comienza esta historia que quiere contar esta canción.

La compuse en homenaje a mi amigo, a su nieto que recuerdo me dijo: “es una historia tan linda Don Chino, que la gente la tiene que conocer”; y realmente me pareció una triste, pero bella historia que deja al descubierto el alma y los sentimientos de este “Entrerriano de los pájaros”
(Hacer doble clic en la tecla play para escuchar la canción)

HOMENAJE: FRANCISCO CASIS


Don Francisco Casís (Pancho), nació en La Paz, Entre Ríos el 29 de enero de 1922. Comenzó a comunicarse emocionalmente con su pueblo a los 13 años, con el contacto inicial que tuvo con su bandoneón.

Don Francisco falleció el 17 de enero de 1996, después de haber entregado a nuestro país páginas notables del cancionero litoral, como “El beso aquel”, “Amor ingrato”, “Paso Medina”, por mencionar algunos títulos que gravitaron profundamente en el corazón del pueblo.

Integró notables conjuntos chamameceros, destacándose su participación en el legendario “Cuarteto Santa Ana” dirigido por Ernesto Montiel.

Tuve la suerte de conocer y compartir muchas veladas con don “Pancho”. Como homenaje le compuse un chamamé titulado: “Manos para el bandoneón”. Tuve la suerte que don “Pancho” lo incluyera en uno de sus últimos trabajos discográficos.
(Hacer doble clic en la tecla play para escuchar la canción)

DE MI LIBRO: "TRAZOS DE LUZ"

CASA DE LA INFANCIA

Subidos al viejo campanario de la iglesia del pueblo mirábamos las calles tratando de encontrar nuestra casa. Desde esa altura podíamos ver hacia el oeste el inmensurable y ondulado río. Sobre las barrancas unas cuantas casitas blancas dispersas que semejaban ovejitas pastando entre mil tonos de verde. Pero mis ojos buscaban el sur, a cinco cuadras de distancia estaba mi casa.

En ese lugar pasé mis mejores años, los de una infancia sin abundancia, pero feliz. Muy cerca del río y del monte. Un paisaje rústico y agrio, endulzado en las siestas por el tas y los pisingallos. Un lugar de un sol ancho y bueno, un lugar único e irrepetible. Nuestro, solo nuestro… Con una intensa calma solamente alterada de vez en cuando por el despertar de alguna tormenta veraniega que también era bien aprovechada para nuestras aventuras.

Mi casa era vieja, de techos rojos, con una galería larga que terminaba en un aljibe que habría su negra y redonda boca como queriendo atraparnos, su frente sin revocar dejaba ver viejos ladrillos, mudos testigos del andar cansino de los años pasados.

Una vieja y moribunda parra que ya casi no daba frutos y a la que mi padre se resistía a cortar entoldaba con su verde desteñido el viejo patio de mustios ladrillos. A su tronco retorcido y revirado que parecía padecer de una grave artritis solía treparme y girar como un trompo hasta marearme.

Casa humilde, acogedora en su limpia sencillez, en su noble sosiego, muy cerca de la costa y de los montecitos que nos llamaban a la hora de la siesta.

En la puerta un inmenso paraíso, viejo feudal de la esquina, pintaba de un azul casi lila el entorno. Desde la ventana lo observaba y en las noches de tormenta me recordaba al Quijote desafiando los molinos de viento. En él una tarde de ensueños, dejé grabado un corazón con dos nombres…

Por último en el fondo el huerto de mi padre. Allí los pájaros entonaban cada día su alabanza, las abejas repetían su monótona cadencia en el interminable ritual de ir y venir entre las flores. A la tardecita las chicharras se desgarraban enloquecidas en un fuerte y desafinado canto acompañando al sol que pintaba las naranjas. El fuerte olor a orégano se mezclaba con el de la menta y con el inconfundible aroma a pan casero que se escapaba del viejo horno de barro.

Regresaba al mediodía de la escuela… Los árboles reconociendo mis pasos plegaban su sombra y la ofrecían a mis pies.

Ya cerca de mi casa solariega un humo de hogar y un franco olor a guiso casero apuraban mi andar…
(Hacer doble clic en la tecla play para escuchar la canción)

MIS ENCUENTROS CON DON LINARES

Corría el año 1970, en mi ciudad se realizaba un certamen de la canción. Con mis jóvenes 16 años me presenté y tuve la suerte de obtener el 3er. Premio con un aire de chamamé titulado: Infancia.

Uno de los jurados en ese certamen realizado en el Club Comercio fue Don Linares Cardozo. Ese fue mi primer encuentro con el maestro. Recuerdo que al finalizar se acercó, me preguntó por mi familia (él era de apellido Martinez como yo, pero no éramos parientes). Allí me alentó a seguir componiendo.

Pasaron tres años y en 1973, con motivo de una Maratón de Pesca le realizamos un homenaje a nuestra ciudad. Ensayamos durante un mes, y en los últimos ensayos él estuvo con nosotros.

Allí yo canté una chamarrita cuya letra me pertenece, la música es de mi hermano Carlos y que estaba dedicada a él. A partir de ese momento, cada vez que Linares venía a La Paz, nos encontrábamos; fue para mí como un segundo padre. Me escribió el prólogo de mi primer libro, tuve la suerte de escuchar en el patio de casa las primeras estrofas de “Echale caá”, en su casa en Colón compartí veladas inolvidables.

Unos quince días antes de su partida llamó en horas de la madrugada para saludarme (yo creo que en realidad era para despedirse), allí en esa charla telefónica casi me hizo jurar que iba a comprometer mi vida en la difusión de la entrerrianía.

El día de su muerte, yo estaba en Colón presentando mi libro, fue uno de los días más tristes de mi vida, casi igual que cuando falleció mi padre.

Le he dedicado varias poesías y canciones. Aquí les dejo un Soneto: “Linares y el arroyito” y una chamarrita “A don Linares” cantada por María Luz Erazun.

Ya viene galopando el caballito
y es un soplo de luz buscando el río,
hay tristeza en la piel del arroyito
se ha llevado a Linares el estío.

Por el declive de la tarde viene
casi todas sus fuerzas ha perdido,
y en un quieto remanso se detiene
a rezar su oración por el amigo.

Y el “Pariente del mar” se ha conmovido
al oír ese rezo lastimero
y aquel son de guitarras estelares.

Un andar milenario ha detenido,
se ha plegado a la pena del febrero
y ha llorado también por Don Linares.

(Hacer doble clic en la tecla play para escuchar la canción)




















MIS ABUELOS


A mis abuelos por parte de mi madre no tuve la dicha de conocerlos, cuando llegué al mundo ya habían partido. Fueron parte de mi cielo de infancia a través de los relatos de mi madre. En nuestras largas siestas pueblerinas me contaba de ellos. Los que si formaron parte de mi hermosa niñez fueron: la abuela Dominga y el abuelo Julián. Eran isleros, y cuando llegaban las vacaciones largas del verano nos llevaban a mí y a mi hermano a su isla. De ellos aprendí a amar la naturaleza, a cuidar cada pedacito de verde y agua.A los dos los recordé en poesías y canciones. Aquí están en el recuerdo...
EL ABUELO

Sus ojos ceibos casi siempre heridos.
Sus manos sauces abrazando al suelo.
Arroyo de aguas mansas, el abuelo,
corazón de árbol, calor de nido.

Fue alimentando mi amor por el río
y encendió mi alma de un dulce cariño.
Me enseño cosas que aprendió de niño,
yo era del abuelo y él era tan mío.

Cabalgaba feliz sobre sus hombres.
Mis ojos descubrían con asombro
que el abuelo hablaba con el río,

Con el sol sangrando en el horizonte,
con el trino libre de los montes...;
el abuelo y el paisaje... eran míos.
LA ABUELA DOMINGA (Chamamé)
(Hacer doble clic en la tecla play para escuchar la canción)
 

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